Viajar a Bulgaria
“La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede consumir”. Esta célebre frase de Winston Churchill, define a la perfección lo que podría ser parte de la historia de esta región.
Prueba de ello es todo lo que hay que ver en Bulgaria. Lejos de los destinos masificados, este país tiene unas playas increíbles bañadas por el Mar Negro y magníficas estaciones de esquí si prefieres viajar en temporada de nieve. Tampoco te puedes perder sus principales ciudad llenas de cultura, tradición e historia.
Antes de coger el avión a Bulgaria
Bulgaria es un país situado al sureste del continente europeo, concretamente, en la Península de los Balcanes. Limita al norte con Rumanía, al oeste con Serbia y la República de Macedonia y al sur con Grecia y Turquía. Mientras que las costas del este las bañan las aguas del Mar Negro.
Sofía es la capital de este país que cuenta con más de 7 millones de habitantes. El idioma oficial de Bulgaria es el búlgaro y la moneda el Lev (BGN) cuya conversión en euros es de 0.51€.
Cuándo viajar a Bulgaria
La mejor época para viajar a Bulgaria es durante los meses en los que se registran las temperaturas mas cálidas, es decir, entre mayo y septiembre. Quizás evitando los meses de julio y agosto por ser excesivamente bochornosos.
Bulgaria tiene un clima continental y no es recomendable viajar en invierno en este país porque los meses de frío son especialmente duros y los termómetros registran temperaturas muy bajas, sobre todo los meses de diciembre y enero.
Qué ver
Las playas del mar Negro: en las costa búlgara hay playas para todos los gustos. Encuentra tu cala en uno de sus pueblecitos costeros ubicados al extremo sur o norte o disfruta de las playas urbanas de ciudades como Varna o Burgas.
Monasterio de Rila: este lugar sagrado es el principal centro espiritual de Bulgaria. El monasterio se encuentra en un valle situado al sur de Sofía y fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1983.
Veliko Tarnovo: esta ciudad es el centro cultura del norte de Bulgaria. A orillas del río Yantra, esta ciudad fue la capital búlgara durante la Edad Media. Ahora, uno de los destinos de vacaciones favoritos para locales y extranjeros, todos disfrutan del espectáculo de luz y sonido que cada noche se proyecta sobre la fortaleza de Tsarevets.
Iglesia monumento de Alejandro Nevski: esta hermosa iglesia ortodoxa se encuentra en Sofía y está dedicada a los 200.000 soldados rusos que fallecieron en la guerra ruso-turca entre 1877 y 1878. La construcción duró 30 años, no se terminó hasta 1912. Seña de identidad es su cúpula dorada, que se puede ver desde toda la ciudad.
Estaciones de esquí en los montes Pirin: aquí se encuentran las dos principales estaciones de esquí de Bulgaria, Bansko y Borovets. Bansko es conocida por sus largas y empinadas pistas. Aquí también hay elegantes restaurantes y spas. Las tradicionales pistas de Borovets, aunque son menos duras, también son muy buenas para practicar deportes de nieve.
Las tumbas tracias: los búlgaros sienten una especial conexión con su pasado y lo muestran orgullosos a través de su patrimonio tracio. Hoy las desenterradas tumbas del sur y el centro del país son su mejor recuerdo, destaca la tumba de Kazanlâk para un rey del s. IV AC y decorada con murales.
Plovdiv: El casco antiguo de la ciudad conserva casas de la época del Renacimiento, así como el anfiteatro romano rodeado por calles de adoquines, museos y galerías de arte. El barrio de moda es el Kapana, aquí se encuentran los mejores restaurantes y bares.